La vida académica de nuestros hijos es un reflejo de sus aspectos personales. Es cierto que la inteligencia no se puede medir con un número, pero también es cierto que los hábitos positivos que se crean en la infancia, se mantendrán en la adultez. Por eso, tener un control sobre su desarrollo escolar es importante. Estas son algunas estrategias para que el desempeño de tu pequeño siempre sea óptimo.
Mantén contacto con sus maestros
Tener una relación próxima, con los educadores de tu hijo es la mejor forma de apoyarlo. Así estarás siempre enterado de sus progresos y dificultades. Recuerda, que la escuela es el lugar donde más tiempo pasa un niño, después de su casa. Por lo que es necesario, siempre trabajar en conjunto.
Alienta el aprendizaje
El desarrollo educativo no debe quedarse en el salón de clases. Integra en la vida cotidiana de tu hijo actividades que complementen sus conocimientos. Puedes fomentar lecturas, juegos lúdicos, experimentos, o incluso, hacer excursiones. Para esto, es muy importante que estés familiarizado con el plan de estudios, y los temas vistos en clase.
Poner en práctica
Muchas veces, los niños muestran indiferencia hacia ciertas materias, porque no le encuentran utilidad en su vida cotidiana. Es parte de tu deber, hacerles la aplicación que tiene su conocimiento. Por ejemplo, en matemáticas puedes pedirle que haga cálculos para saber la edad de sus familiares, o en el área de español, pedirle que te ayude a redactar recados.
Recuerda que tú eres el principal guía en la vida de tu hijo. Presta atención, para hacerlo sentir apoyado en todo momento.