Pagar en efectivo es una costumbre, que cada vez va quedando más en el pasado. Los motivos como la seguridad, impracticidad, o tener mayor control de nuestros gastos, son algunos, de los que incitan a pagar con las tarjetas. Aunque es un método seguro, no deja también de representar riesgos. Por eso, es necesario tomar las siguientes medidas preventivas, para siempre estar tranquilos y evitarnos malas experiencias.
Siempre a la vista
Por lo general, en los establecimientos tienen terminales inalámbricas. Pero, cuando no se ofrece esa opción, no dudes en acompañar a la persona que va a hacer el cobro, hasta la caja. Vale más sacudirse la flojera, que arriesgarse.
Revisa tus estados de cuenta
Esta es la única manera en la que sabrás exactamente los movimientos de tus tarjetas. Tómate el tiempo para revisar cada uno de los cobros. No te dejes guiar solamente por las cantidades, también identifica los lugares donde se realizaron. No dudes en reportar a tu banco cualquier anomalía.
Utiliza la tecnología
Muchos bancos, en sus aplicaciones para celular ofrecen la opción de bloquear y desbloquear internamente las tarjetas ligadas a la cuenta. Esto nos exenta de fraudes, y clonaciones. Puedes personalizar el bloqueo de los diferentes usos del plástico. Lo más recomendable, es tener bloqueado siempre el seguro de compras por internet, excepto cuando estés realizando una.
Sé discreto con tus datos
Nunca compartas la información de seguridad de tu tarjeta, en ningún sitio de internet, a menos que realices una compra. Tampoco aceptes ayuda de nadie cuando hagas uso de los cajeros automáticos. Cambia tu NIP cada tres meses, y nunca utilices como clave tu fecha de nacimiento, o combinaciones que contengan dígitos sucesivos.